Jesús Guisado, socio del C.T. Mérida, fue el artífice de la idea, con la intención de darle una segunda vida a las bolas usadas de tenis. Para ello se dispuso un contenedor de recogida de bolas en la conserjería del polideportivo Diocles, y se informó a todos los socios que allí podrían dejar las bolas usadas en sus partidos de tenis.
Tras pasar varias semanas desde su implantación, ya se han recogido bolas suficientes para donar a diferentes centros educativos, tales como Pablo Neruda, San Luis y Octavio Augusto de Mérida, y CRA de Valdetorres.